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Educar para el respeto

 

La igualdad de trato empieza en la familia

 

 Desde la infancia es fundamental educar en el respeto a lo que es distinto, a lo diferente. Para tolerar es preciso respetar, sin respeto no es posible la tolerancia. Cómo educar desde el respeto a nuestros hijos, no tanto por lo que decimos, sino por lo que hacemos porque los hijos aprenden por modelado de nosotros.

Existen cantidad de situaciones de cotidianidad que nos proporcionan un aprendizaje para los niños en la familia, cuando hablamos de familia no solamente nos referimos a la familia tradicional padre o madre, existen muchos tipos de familia de progenitores del mismo sexo, (LGTBI) , familias adoptivas, de acogidas, familias que no están unidas por lazos de sangre, en definitiva…personas que están unidas por el amor .

Las diferencias no solo se dan entre estos colectivos, lo distinto, lo diferente es inherente al ser humano. Somos diferentes a nuestra pareja, a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros amigos, al vecino, al entrenador de futbol, al profesor, …a nuestro jefe, a la influecer de moda…

Cuando algo que es diferente nos ocasiona inquietud, temor o preocupación, tendemos a compararlo con aquello que nos brinda seguridad, estabilidad y, de esta forma tan sencilla aprendemos a comparar y compararnos constantemente, tratando de conseguir lo que creemos que es lo mejor.

         “Tu hermano saca mejores notas que tu.”

         “A quien se parecerá este niño/a, desde luego a mi no.”

        “Cuando eras pequeño/a no te comportabas tan mal como ahora.”

Todos nosotros somos seres únicos, excepcionales, con nuestras virtudes y defectos, con nuestras diferencias.

Aceptemos a nuestros hijos con todos sus privilegios y con sus errores. Aceptemos que los demás como son, con respeto, con sensibilidad, con afecto.

La paz, la tolerancia al otro, no son conceptos intangibles, son cuestiones del día a día que se construyen desde la aceptación, desde la amabilidad, desde el afecto, desde el buen humor, la sonrisa, el dialogo, la expresión de los sentimientos, el buen trato y saber manejar los conflictos, porque la vida es un permanente cambio y los cambios por naturaleza conllevan conflictos.


La mediación ayuda a resolver los conflictos, una actitud mediadora favorece el buen trato y la armonía entre las personas. Una actitud mediadora basada en la comprensión, en el entendimiento, en el dialogo


 

Desde la infancia hemos de tratar bien a nuestros hijos para que puedan tratar ellos bien a los demás.

  • consolándoles cuando lloran.
  • Indicándoles el camino cuando se confunden
  • Dándoles afecto incondicionalmente a su comportamiento.
  • Legitimando sus emociones
  • Estableciendo limites
  • Valorando sus logros
  • Aceptándoles tal y como son.

 

 

SACRAMENTO BARBA

Mediadora Fundación ATYME